Kobido. Técnica facial antiaging

Kobido, el lifting facial japonés

Dentro de las técnicas que nos han llegado del Japón relacionadas con el manejo de la energía, destaca ésta del kobido por sus aplicaciones para la estética. El kobido es un tipo de lifting facial de gran efectividad, en el que se trabajan los puntos energéticos que favorecen el rejuvenecimiento del rostro.
Kobido significa “antiguo camino de la belleza”, y la leyenda cuenta que fue una de las herramientas naturales de belleza favoritas de las emperatrices japonesas, que lucían una figura de porcelana. Hoy es una técnica que se ha extendido por todo el mundo, ya que gracias a ella conseguimos rejuvenecer el rostro por medios absolutamente naturales. Con este tratamiento las arrugas se atenúan hasta hacerse imperceptibles, y la belleza natural del rostro vuelve a resurgir por sí sola.
Los beneficios de este masaje se extienden por todo el cuerpo, ya que, además de erradicar las arrugas y defectos de la piel, se experimenta un bienestar general, una nueva serenidad y menos estrés, al equilibrar el chi, la energía vital.
En cuanto al número de sesiones recomendables para que los resultados sean bien visibles, lo habitual son cinco. Aunque desde la primera ya se aprecian claramente los cambios, lo normal es que este masaje facial se componga de cinco sesiones, distanciadas con una semana de diferencia cada una de ellas. Se conseguirá así un efecto claramente visible por cualquier persona. Posteriormente, sólo requerirá un mantenimiento cada cierto tiempo. Por ejemplo, con los cambios de estación.
Para que resulte más económico, ofrecemos un bono de cinco sesiones por 125 €, con lo que cada sesión sólo costaría 25 €, en vez de las 30 € de una sola sesión.

Kobido (Técnica antiaging japonesa – lifting facial)
Sesión: 30 €
Bono de cinco sesiones (recomendado): 125 €.
Solicitar cita en el teléfono 954 53 69 61 o en nuestro propio centro.

 

Los fundamentos del kobido

La técnica del kobido se basa en cuatro métodos esenciales: La aromaterapia, la digitopuntura, el guasha y el rodillo de jade.
1. La aromaterapia se basa en el empleo de los aceites esenciales para nuestra sanación, tanto física como emocional y espiritual. Los aceites están compuestos por esencias de plantas y repercuten de forma inmediata en el bienestar de la persona. Son totalmente naturales e inocuos, y en esta técnica se emplean para el masaje facial, dotando al rosto de brillo y jovialidad, y proporcionando una relajación inmediata.
2. La digitopuntura facial actúa sobre los puntos de acupuntura situados en los meridianos que están en la cara. De esta forma, se combate el estrés de la vida diaria y se ayuda a conservar la salud a la vez que se consigue disminuir las arrugas y las bolsas de los ojos. La digitopuntura mejora la tonicidad y la flexibilidad del rostro. El sistema es apropiado incluso para tratar patologías como odontalgias, jaquecas, problemas oculares, etc.
3. El gua sha facial difiere del método tradicional por su tratamiento específico sobre la piel del rostro, más sensible y fina. Entre los beneficios de este sistema se encuentran el incremento de la circulación sanguínea, la reducción de las arrugas y las “bolsas” u ojeras en los párpados e, incluso, su efecto como lifting facial. Sus efectos son apreciables incluso con una única sesión, aunque son recomendables varias sesiones para que el resultado sea sostenible, especialmente cuando se trata de las arrugas y las ojeras. La terapia reduce también las pigmentaciones y ayuda a prevenir los dolores de cabeza, los derrames cerebrales y la hipertensión. La persona se sentirá más radiante y sentirá una mejoría en su salud.
4. El rodillo de jade produce beneficios muy apropiados para el mantenimiento de la salud integral, en especial el movimiento de la linfa y el incremento de la circulación sanguínea, lo que devuelve al rostro una apariencia juvenil cuando se emplea regularmente. El masaje de rodillo de jade sobre la piel produce un efecto de peeling, que hace desaparecer la inflamación y el exceso de calor rápidamente, pero sin utilizar ningún tipo de producto químico, como en las terapias faciales convencionales. Además, reduce las arrugas y hace resplandecer la piel de la cara.

En una sesión ya son visibles sus efectos, pero recomendamos una serie continuada de cinco, para que sean consistentes y duraderos. Posteriormente, sólo habría que realizar sesiones periódicas, sobre todo durante los cambios estacionales.